Las Cosas de mi Ciudad

Las Cosas de mi Ciudad

Falta de respeto, cosas que veo a menudo y que no entiendo porque demuestran una ausencia total de cariño hacia Quito, su gente y sus espacios. Hoy se llevaron a la que, creo, es la estatua más querida de la ciudad: a Don Evaristo, quien permaneció sentada frente a la puerta del Teatro Variedades “Ernesto Albán” durante varios años. En tardes frías he visto a gente calentarse arrejuntándose a Evaristo. Grupos de jóvenes que aprenden a fumar junto a su gentil sonrisa. Niños que intentan repetidamente sacarle el sombrero y se ríen ante el guiño de un abuelo compinche. Parejas que coquetean ante su discreción y sombra. Familias que lo rodean para incluirlo en sus fotos familiares. La estatua silenciosa acepta su rol, el que fuese necesario.

Hoy se la llevaron.

Para “suerte” de los quiteños, Eugenio, de nuestro equipo de limpieza, se percató oportunamente de la marca inconfundible del paso de una sierra, de quien pretendía dejarlo cojo. Una patada nocturna hubiese sido suficiente para enfrentarnos con espanto al abuso contra la ciudad.

¿Qué nos pasa que no respetamos nuestro hogar, la ciudad en que habitamos? ¿Qué nos impulsa a pensar que escupir los chicles en la plaza es aceptable, cuando no lo hacemos en casa? ¿Botar los restos de lo que comemos o los puchos de los cigarrillos? ¿Tarros, cajas, bolsas y cáscaras? Me alucinan las firmas nada creativas de los “dizque grafiteros” que creen que demuestran su bravura al despistar las sombras. Me indignan los cuervos, ¿serán los mismos de la pierna?, que robaron todas las alcantarillas de la Plaza del Teatro sin importarles quién pueda caer en esos huecos. ¿Quién entiende la falta de cariño hacia una plaza que lo único que hace es estar lista para que la gente goce del teatro callejero, del arte improvisado, de un sin fin de conciertos, del día de arte urbano o de los cierres de los festivales? ¿Quién cuida las plazas, las fachadas, las calles, los parques o a Evaristo, si no lo hacemos nosotros?

Con noviembre comienza lo que será un año de fiesta, celebramos que durante 125 años el Teatro Nacional Sucre ha estado en esta plaza regalando a Quito todo cuanto ha podido. 125 años de historia, de conciertos, de risas, de llantos, de aplausos, de lluvias que muchas veces nos ha inundado; 125 años de anécdotas que, por supuesto, incluyen un par de fantasmas. 125 años que nos recuerdan que, aunque hay una minoría que irrespeta a Quito, todavía somos la mayoría los que confiamos en que empujando todo avanza, todo queda, todo canta. Te invito a que nos sigas de cerca, a que te suscribas a nuestro boletín semanal y que disfrutes de lo que será un gran año para Quito. Celebra 125 años que siguen cargados de ideas, de ganas de hablar, de explotar usando el arte.

¡Ah! Evaristo: te extrañamos y te esperamos.
Esta es tu Plaza.

 

Chía PatiñoDirectora Artística – Ejecutiva

Noviembre 2011

DESDE EL TEATRO #69

Dudando y Soñando

Dudando y Soñando

Es un poco más difícil de lo habitual decidir qué poner en esta página.
Son muchos los temas que despiertan dudas, miedos, sueños, inquietudes. Cuesta tener las agallas para mantenernos sensibles en este huracán mundial, o de poco a poco ir acomodándonos en ese lugar donde podemos ignorar las batallas.

Y es que a veces pasa el entusiasmo y llega el cansancio, ese que nos hace mella, ese que hace que cuestionemos esas batallas inútiles que además no vienen de frente, que llegan por abajo. De manera imprevista y silenciosa. Borrones, buenas intenciones, bondades imprevistas y a veces besos, nos recuerdan que las batallas son necesarias para mantenernos fuertes y claros.

Empiezo cada día y recuerdo que tengo el mejor equipo. Además son atrevidos, aventureros y que – aún no me queda claro el por qué – dan todo lo que tienen porque también creen en lo que se hace y se logra: arte que inspire, que motive y nos recuerde: aquí estamos, y no paramos.

 

Chía Patiño, Directora Artística – Ejecutiva

Septiembre, 2011

DESDE EL TEATRO #67

Ventanas al Alma

Ventanas al Alma

I died the day I was born
and became an angel on that day since then
there are no days
there is no time
I am here by mistake

(Morí el día en que nací
y ese día me convertí en ángel desde entonces
no hay días
no hay tiempo
estoy aquí por error)

Un poema fruto del trabajo en conjunto de Sam Shepard y Joseph Chaikin “Joe”, como lo cuenta Shepard sufrió un derrame cerebral en su tercera operación de corazón abierto, y la consecuencia fue un daño al hemisferio izquierdo produciéndole “afasia”. La afasia, como otros monstruos existentes, es la pérdida de comprensión o producción del lenguaje. Crueldades que a veces juega la vida: dejar sordo a un músico, ciego a un pintor o con afasia a quien usó el lenguaje como su modo de vida.

Pero la terquedad, la necedad, la resiliencia del espíritu humano, logra muchas veces ganar a estas jugarretas de la vida, y a veces con resultados tan asombrosos como las últimas obras de Beethoven o el último trabajo de Chaikin.

Cuestionar la vida, lo que en apariencia nos toca, es parte de nuestra fortaleza humana. El negarnos a bajar la cabeza y seguir para adelante a pesar de lo que se nos viene en contra. El perseguir nuestros sueños. El crear en medio de tanta destrucción. Hoy me asombro ante la fuerza del pueblo egipcio, y me duele el pueblo libanés, quien es gobernado por un loco que manda a bombardearlos. Hoy entiendo menos el mundo. Pero hoy también recuerdo este poema de Chaikin, quien tuvo la insensatez de cuestionar ser un ángel. De aceptar sus limitaciones o con las armas a su alcance, las palabras, abrir una ventana a su alma y seguir creando algo bello, seguir creando.

 

Chía Patiño, Directora Artística Ejecutiva

Marzo, 2011

DESDE EL TEATRO #61

IMAGINEN

IMAGINEN

Homenaje a Lenon

Imaginen que no hay un Cielo
es fácil si lo intentan
no hay Infierno tampoco:
encima sólo azul.
Imaginen toda la gente
viviendo por un presente…

Puedes llamarme soñador
pero no soy el único
espero algún día te nos juntes…

Ahora imagina un mundo sin Lennon
sin Jaramillo, Ella o Armstrong
olvida Bach, Mozart, Bartok y Barber
ya sin pop, pasillos, jazz o clásicos
quítale vientos, percusión, cuerdas y cobres
olvídate de los bailes.
Que las gargantas no canten
que los poetas no sueñen
que los pintores no tracen.
Que no haya misterios en las piedras,
ni escultor que las encuentre.
Que los genios sean cuerdos
y los soñadores trabajen.

Ahora quítale los colores
y el placer de los aromas.
Ni cuentos ni chistes,
ni risas ni lágrimas.
Obviamente, apaga tu televisión
y olvídate del cine,
del teatro.

Imagina un mundo sin arte
No es fácil, no lo intentes
Imagina un mundo sin palabras
Imagina un mundo sin
Imagina un
Imagina

..
.

 

 

Chía PatiñoDirectora Artística Ejecutiva

Febrero 2011

DESDE EL TEATRO #60

El Poder de la Memoria

El Poder de la Memoria

Viendo a mi padre sumergirse lentamente en un mundo sin memorias, me pregunto a menudo qué nos hace ser quienes somos. Aún sin memorias, siento los afectos de mi padre, quien mantiene su siempre sagaz sentido de humor e intuye la gente que lo rodea: los afectos quedan marcados más allá de la memoria.

Recordamos todo un año de eventos, pero más allá de los números que nos exige un mundo que se ha acostumbrado a medir las cosas cuantitativamente, como quien demuestra así su éxito, en mi memoria quedan fundidos los nuevos sentimientos, nuevas y profundas amistades que comparten los mismos sueños inigualable energía de un equipo, mi equipo, incansable.

Todo el arte que hemos compartido con ustedes, todos aquellos eventos a los cuales han asistido, nos unen irremediablemente. Risas o lágrimas, interrogantes que nacen, respuestas que se encuentran. Sentir, sentir, sentir…vivir. Si lees este artículo es porque el arte ya es parte de tu vida, y perteneces a esta maravillosa familia. Compártela con alguien y trae a nuestros espacios a quien veas que no se da el tiempo de apagar la incansable cadena consumista y electrónica del siglo XXI. Los artistas derraman sus esencias en escena para mantenernos sintiendo: regalo mágico e imposible de medir.

Levantamos muros y cubrimos nuestro corazón para que no nos hieran, sin darnos cuenta que dejamos fuera el dolor pero también el amor. Al atrevernos a sentir en la intimidad del arte, devolvemos la esencia a nuestra esencia. Luisa Fernanda me removió el alma mientras compartía con ella los dolores del amor y del desamor. Tener el coraje de volver a sentir y mantenernos sintiendo. Sentir, sentir y sentir… vivir. Cuando la memoria nos ataque, como dijo algún sabio: “¿de qué nos servirá ser el muerto más rico del cementerio?” La sonrisa eterna vendrá de saber que amamos cuanto pudimos.

El poder de la memoria queda anulado cuando nos gana el miedo y lo desvinculamos de nuestro derecho a sentir, a elegir, a hablar y a comunicar. Sin palabras no asimilamos lo que sentimos, lo que vivimos. Atacar nuestra posibilidad de comunicarnos es atacar nuestro derecho a sentir. El poder de la memoria viene irremediablemente atado al poder de elegir nuestro presente y consecuentemente nuestro futuro.

Borrar nuestro derecho a hablar borra nuestro derecho a sentir y borrará nuestro derecho a pensar y a elegir. Borrará nuestra esencia y, cuando las memorias se desvanezcan, quedará un esqueleto absurdo e innecesario. ¡Habla, siente, vive! Y eso nos regala el arte…
Por eso, hoy recuerdo cuanto puedo, para decir lo que debo.

 

Chía Patiño, Directora Artística Ejecutiva

 Enero 2011

DESDE EL TEATRO #59

Abriendo puertas

Abriendo puertas

Si la gente no viene al teatro, el teatro va a la gente. Generar nuevos públicos es parte de nuestra misión, y podemos decir tranquilos: misión cumplida. Nuestro viaje 2010 estuvo formado por tres capítulos: dos ya han sido cerrados y el último está a punto de entrar en acción.

CAPITULO I. El Sucre Viajero en Quito.

Este nace con la necesidad de ver la descentralización cultural como proceso y no como un proyecto. Apostar en invertir. El compromiso de la Fundación Teatro Nacional Sucre (FTNS) lo muestran: 16 conciertos en 8 administraciones zonales, con aproximadamente 11.000 asistentes, 65 artistas por día, 16 técnicos y una productora, una coordinadora, sonidistas y utileros. Y la respuesta es igual en todos lados: “¡Muchas gracias, vuelvan pronto!”.

Y es que el público goza y el artista disfruta con tan buena acogida. Y esta vez además, podemos decir que le ganamos al clima despiadado de Quito, y aún con lluvia, el público vino abrigado y con paraguas, dispuesto a quedarse. Calurosas bienvenidas en algunos casos, algunas de ellas acompañadas de bebidas calientes proporcionadas por la gente de los barrios a los técnicos.

CAPITULO II. Gira nacional de Sweeney Todd.

3 tráilers, 1 camión lleno de cajas de vestuario, maquillaje, luces, utilería; 16 técnicos, 2 utileros, 2 peluqueros, 2 maquinistas, 26 coristas, 14 músicos en la orquesta, 16 artistas, entre solistas y actores co-primarios, y 5 productores. 34 horas de viaje por el país para llegar, tomar una ducha y salir rumbo al teatro para un ensayo técnico, un ensayo general e inmediatamente regalar el show a Guayaquil, donde llegaron 4.000 espectadores a recibir este regalo, y en Cuenca, donde también llenamos el Auditorio del Banco Central y tuvimos público viendo y escuchando fuera del teatro.

La acogida de un público hambriento de nuestros artistas nos incentiva a este compromiso. El maravilloso público de Guayaquil que siente sin censura, llevó al elenco incluso a las lágrimas de felicidad. Sentir esa respuesta restaura inmediatamente las neuronas agotadas en el proceso. Organizar esta gira fue una acrobacia del equipo de producción y del departamento administrativo. Horas interminables coordinando un evento que empezó y terminó sin tropiezos. Quito es nuestra casa y aunque nos tocó una semana de frío y lluvia, nuestra gente nos siguió agasajando u acogiendo con los brazos abiertos.

Gracias Guayaquil. Gracias Cuenca. Gracias Quito. Ha sido un gusto compartir nuestro trabajo con ustedes, y podemos decir con orgullo que también en el arte “si se puede”.

CAPITULO III. Gira binacional, Ecuador-Colombia, Orquesta de Instrumentos Andinos (OIA)-Cimarrón.

Estamos en os umbrales de este proyecto aún más ambiciosos, del cual podrán leer más adelante. Como se imaginan, al momento impera el nerviosismo, la intriga, las ganas de hacer música y explorar un territorio desconocido, tanto para los músicos como para todo el equipo de la FTNS.

Continuará…

 

Epílogo

Si la gente no viene al teatro, el teatro va a la gente. Pero si la gente no viene al teatro, eventualmente el teatro muere. Estimado lector, no esperes el último día de función para después quejarte que no hubo entradas. Siempre hay entradas los primeros días. El arte vivo es fugaz, dependemos de tu interés y apoyo para seguir haciendo y creciendo. Insisto, si la gente no va al teatro, el teatro muere.

Veo a mi gente cansada pero satisfecha y orgullosa. Me asombra la madurez que han alcanzado nuestros artistas y equipo en estos fuertes procesos migratorios: la batalla siempre es más fácil casa adentro, bajo la acogida y seguridad de un teatro. Es un riesgo salir, pero el retorno del público ha sido tan grande e inmediato que nos compensa. Y mientras siga llegando el público, nuestro equipo estará dispuesto a meter un concepto en la maleta y sacarlo fuera. Escuchar la explosión de risas, gemidos callados, las lágrimas o el aplauso es lo que alimenta a la gente en escena y tras de ella. Armonizar este mundo caótico fusionando el arte y las personas es lo que justifica toda esta loca idea.

 

Chía Patiño, Directora Artística Ejecutiva

Diciembre, 2010

DESDE EL TEATRO #58

Luisa Fernanda ¿Pensar o Sentir?

Luisa Fernanda ¿Pensar o Sentir?

No es promoción prematura a una zarzuela, aunque pudiese serlo, pero es que me queda un día para entregar el editorial, que siempre cuesta tanto, y yo no logro salirme de la gran dicotomía que me tiene confundida más de un mes: ¿La vida hay que pensarla o sentirla? Quizás te ayude lector, leer la sinopsis de la zarzuela que está un poco más adelante en esta revista o simplemente te animes a saltar conmigo al debate mental que se hace un director escénico. Quienes me han preguntado muchas veces cómo empieza uno a dirigir, se divertirían mucho si pudiesen entrar en mi mente donde cuál ping pong juegan la partida de su vida: pensar, sentir, pensar, sentir, pensar, sentir…. Tablas.

Sé que tengo que hablar del teatro y me alegra ver que de poco a poco sí empezamos a convocar un público que logra vencer la pereza (pensar) y se deja ganar por la curiosidad (sentir), o se aventura al miedo de no encontrar boletos (pensar) para disfrutar de la magia de un espectáculo que nos hizo volar como ejemplo Hunan (sentir).

Imágenes imposiblemente maravillosas nos llenaron por dos horas (sentir, sentir, sentir).

Regreso a mi mente, al momento invadida por Luisa Fernanda la heroína de nuestra zarzuela. La historia puede complicarse tanto como uno lo decida, pero la esencia se destila siempre en una verdad muy simple: lo que nos permitimos sentir o lo que decidimos pensar. Hoy por hoy, para esta producción, por lo menos, me planto firme en el sentir como respuesta actual a la eterna pregunta: ¿Pensar o sentir?, ¿pensar o sentir?, ¿pensar o sentir? (Repítase ad nauseum…).

Sinopsis: Luisa Fernanda está perdidamente enamorada de Javier -¿Siente o piensa?- y es que esos amores eternos de juventud son explosivos y maravillosamente sentimentales. Javier sale a buscar fortuna y piensa regresar, aunque alguien piensa que su ambición lo pierde. Entra en escena Vidal, un rico campechano que golpea la puerta del corazón de Luisa Fernanda, pero Luisa quién se piensa enamorada aún de Javier, no escucha. Y así de simple se ha dado la vuelta a esa gran pregunta: ¿Luisa Fernanda está enamorada de Javier o piensa estarlo? Y si llegas a sentir algo por Vidal ¿Lograría reconocerlo?, ¿Cómo reconocemos lo que sentimos? ¿Nos sentimos enamorados o nos pensamos enamorados?

Esta maravillosa zarzuela abre este debate con una delicadeza tan sutil que sólo al final nos damos cuenta que ni los caracteres, ni los cantantes, ni en este caso el director escénico conocen el final: el final lo pones tú mi estimado público. Y lo elegirás balanceando cautelosamente lo que al momento está pesando y triunfando en tu corazón: ¿Estás sintiendo o estás pensando? Una vez más te vuelvo a invitar al teatro, para que pienses sobre lo que sientes o que simplemente… sientas.

 

Chía PatiñoDirectora Artística Ejecutiva

Octubre, 2010

DESDE EL TEATRO #56, Octubre 2010

El riesgo es que te guste

El riesgo es que te guste

Antes que alguien pueda acusarme de plagiar el brillante logo colombiano -Colombia, el riesgo es que te quieras quedar-, seré yo la primera en admitir el parentesco, quizá incluso con alma de primos hermanos, del inicio de este editorial. Hace ya mucho tiempo que desistí de ser original y asumí que la creatividad no es otra cosa sino la influencia en uno de muchas mentes y de muchas gentes. Ser creativo agota y nos llena de dudas. Y es que buscamos la aceptación, aun cuando pretendamos que no nos importa. Y es que los creativos somos quisquillosos y pretenciosos, sensibles e impacientes, profundos y farristas, incomprendidos y necesarios.

Cerramos un “Encuentro de Cantautores” que deja olas por el intercambio rápido y honesto de ideas, por habernos expuesto a distintas maneras de expresar sentimientos y pensamientos, por generarnos responsabilidad sobre las acciones y las palabras. La frescura y sencillez de Lenine, el humor y corazón de Capella, la eterna profundidad y nostalgia de Feliú, la voz penetrante e inquisitiva de Dayna Kurtz (¡y esa falta de miedo de probar hasta los cevichochos!) y la fiesta en la plaza que vibró a pesar de la carrera Ultimas Noticias, a pesar del mundial, y mientras Alemania goleaba a Australia, nuestro público cantaba y sorteaba incluso la lluvia que soltó su primera gota con la primera nota de un ex Bacilos, Jorge Villamizar, que recordaba el olor a tabaco y Channel.

La luna se ha puesto roja, /hay almas en el altar/ los obispos se santiguan/ me van a excomulgar/ y todo por este beso, /que es la única verdad/ iría hasta el mismo infierno/ por medio minuto más (…), Christina Rosenvinge. Comparten sentimientos los cantautores y los poetas: los buenos, los malos, los triunfos, los miedos…pero comparten. Sin piel y en llanto a veces…pero comparten. Cerramos la tarde con la nostalgia infinita pero sonriente de Marta Gómez que al final puso a bailar a toda la plaza e incluso convenció al sol que se deje ver.

¡Esa es la fuerza del canto!

Disfrutamos todos, aprendimos de lo que funcionó, de lo que puede mejorar, incluso de una primera charla de medianoche en un café de la ciudad donde una despedida le robo el protagonismo al encuentro!

Nos quedan los recuerdos íntimos de artistas sencillos que se dejaron conocer y la puerta abierta para tantos autores y poetas ecuatorianos que apoyaron nuestra propuesta. He ahí uno de los grandes triunfos del encuentro, la hermandad sin temor a la competencia (que yo siempre considero sana) y el reto constante de inspirarnos más, exigirnos más, apuntar más alto, pulir nuestro arte y no jactarnos en lo casual, en otras palabras, trabajar, trabajar y trabajar. Es el riesgo del creativo: no saber cómo parar. Y a veces, como elefante en vitrina, quebrarnos dentro y quebrar el mundo por imaginar una flor.

Y es allí donde la bola regresa a tu cancha, estimado público: dejarse llevar por estos locos viajes, atreverse a “ir hasta el mismo infierno” (y a veces el cielo), escuchar hacia dentro y reconocer que a veces el riesgo, es que quieran sentir… el riesgo es que quieran amar… el riesgo… ¡es que te guste!

 

 

Chía Patiño, Directora Artística Ejecutiva

Julio, 2010

DESDE EL TEATRO #53

¿Cultura o entretenimiento?

¿Cultura o entretenimiento?

Un buen martes 13 de abril tuve la gran suerte de asistir al foro de ministros de cultura y ver un proceso de líderes que, con un debate consciente diseñan caminos a seguir y un mapa de cómo recorrerlos. Un proceso complicado donde se elegían las palabras con una minucia de quién se sabe responsable de abrir o cerrar puertas con ellas. Yo, que he sido generalmente irrespetuosa de reglas o discursos, aprendí finalmente que cuando el debate es sano y sus metas claramente constructivas, el intercambio de ideas debe quedar plasmado en papel y no solamente en discusiones e ideales.

Grandes mentes lideraban este debate. En la mañana del segundo día de este foro, habló y canto Sidney Bartley, director de Cultura y Entretenimiento de Jamaica. Casi casualmente presentó ideas que parecían simples pero cuestionaban a fondo las políticas de identidad, de memoria y de integración. Con certeza de quien comprende que la cultura debe celebrar la diversidad no juzgarla, intercalaba palabras y cantos de Bob Marley, enfrentándonos a grandes cuestionamientos expuestos ya hace mucho tiempo por este gran representante del reggae:… Don’t let them food you/ Or even try to school you, Oh no! We’ve got a mind of our own…

Bartley cuestionó profundamente esas políticas como quien pide un café, casualmente, exigía a todos como deber el reclamar nuestra identidad, todas nuestras identidades estableciendo el respeto intrínseco que lleva el celebrar la diversidad. … Don’t let them change you/ Or even rearrange you… Nos recordaba aceptar que el arte es una oportunidad para expresarse que nos permite invertir en nosotros mismos y que demanda que confiemos en quienes somos. Y recordarnos, de manera brutal, que a pesar de que el artista es la esencia y fuente de la creación en una sociedad donde la sabiduría del “pienso, luego existo” se ha transformado en “tengo, entonces soy”, el poder final lo tiene no el artista sino quien distribuye el producto.

Por eso hoy dedico este pequeño espacio para agradecer al artista de procesos coherentes e íntegros, a quienes se mantienen en sus convicciones sin alterar su producto de acuerdo a lo que exige el mercado o el crítico. Extiendo mi mano a quien en su honestidad creativa cae, arriesga y merece respeto. Felicito a quien conoce su labor cultural o de entretenimiento, ambas válidas. Agradezco a los ministros y representantes del foro por mantener vivo y actual el debate enorme de definir la cultura (y el entretenimiento…que no es lo mismo ni da igual).

Y agradezco una vez más a Sydney por mantener el arte como parte intrínseca del discurso, pues como él me dijo: ¿cómo hablar del arte sin vivirlo? Y le agradezco además por recordarme a Bob Marley y su poesía: Emancipate yourselves from mental slavery; None but ourselves can free our mind.

 

Chía Patiño, Directora Artística Ejecutiva

Mayo, 2010

DESDE EL TEATRO #51

¿Música... y qué Más?

¿Música... y qué más?

Años de estudio, constancia y disciplina. Noches interminables leyendo, practicando, repitiendo. Músculos que duelen, tendones que se relajan con masajes constante de hielo o de paños hirviendo. Relajar las manos, los brazos. Y de nuevo enfrentarse a ese teclado a veces interminable y traicionero. Noches largas, comidas escasas o inexistentes. Momentos de celebrar o ganas de llorar. Ocho a diez horas de práctica constante. Después, más estudio. Y de repente la inevitable pregunta: “¿y qué estudias?”

Lo que describo son rutinas de los músicos; y, asumo yo, de todos los artistas. Es más, una vez graduados comienza de nuevo el estudio. Pues cada pieza nueva, es un mundo nuevo. La gente imagina ese ritmo en carreras válidas y respetuosas: medicina, leyes, las primeras que saltan a la mente. Pero en lugar de los “oooohs” y “aaaahs” constantes que asumo reciben los futuros médicos o abogados, fueron años que viví esta escena, repetida en variaciones invariables:

– ¿Qué estudias?
– Música
– Ay que lindo… ¿y qué más?

Momentos incómodos, sonrisas falsas, y yo, que tercamente me rehusaba a sacar a los ignorantes de sus prejuicios. Música… y nada más… pero esa respuesta no la daba.

Y no hablando por otras artes, soy testigo de que además, la música es un amante inconstante e ingrato. Qué un día, al rasgarse uno un tendón, la música y la profesión lo abandona a uno. Nos deja golpeados e incapaces de recuperar nuestra antigua forma. Lo trágico del músico es que con o sin diplomas, músico es solo el que toca, el que sabe, puede o quiere conquistar el escenario. Pero afortunadamente el campo es tan grande que si tenemos suerte, encontramos algo más que nos alimente. …pues si, el artista vive de su arte. Y el arte en cambio, es un amante generoso y sin fin.

Así que hoy respondo a tu pregunta: “¿música… y que más?” Música, y punto. Música, y nada más. Música, y me arriesgo: a esta profesión “de vagos”. A este arte que te toca el alma, que te puede hacer reír o llorar. Recordar las penas. Imaginar los sueños. A este arte, a veces sacro y a veces pagano. A veces lúcido y a veces loco. Música, y ¡nada más! Ahora solo faltas tu: ¿qué escuchas?

 

Chía Patiño, Directora Artística Ejecutiva

Abril, 2010

DESDE EL TEATRO #50