Muestra Nacional de Teatro - Edición 38. León, Guanajuato

Debo admitir que participar en dos importantes encuentros teatrales en México me hace evidente los huecos que tenemos aún en nuestro país por resolver. Cerramos un pequeño pero potente festival de teatro con casas llenas y bolsillos vacíos.

Es válido preguntarse y reflexionar lo que pasó: atorados en el surreal mundo de legalizar la venta de los boletos e inaugurar finalmente nuestra plataforma electrónica (algo que al momento de escribir esto, sigue siendo una meta), decidimos abrir los aforos hasta llenarlos, y- no sé si decir- con tristeza, o felizmente… se llenaron los teatros: misión cumplida. Tres potentes representantes extranjeros de Japón, México y Francia empujaron la fantasía del quiteño a territorios desconocidos: misión cumplida. Las propuestas nacionales abrieron un abanico de géneros y medios, arriesgando mucho y compartiendo más: misión cumplida. Para que sea un Festival, faltó el componente clave de mesas, talleres, clínicas, discusiones y el necesario apoyo a estrenos nacionales. Esperemos al 2018 para cumplir esto.

Disgreción necesaria mientras reflexiono sobre la Muestra Nacional de Teatro – en su edición 38, que este año se dio encuentro en León, Guanajuato, y comparto cosas que me inspiran: el compromiso del gobierno mexicano que mueve este encuentro de estado en estado, de esta manera alimentando a todos sus ciudadanos. Una visión artística comprometida a temas importantes- no comerciales. El espacio de apertura para la nueva generación de quienes despuntan en el arte dramático- todas sus ramas. E[ grupo de “becarios”: 2 jóvenes por provincia, que generan un grupo enorme hambriento de experiencias, con cosas que compartir, preguntas que generar: lograr así que se conozcan, que se apoyen, que se alimenten: dinero bien invertido y digno de un encuentro nacional.

Nos queda mucho que aprender, y hay muchos sitios de donde inspirarse. De el Festival de Loja, me inspira la ciudad que en dos años ha dejado claro que acoge este evento con cariño y orgullo, y vuelve así a Loja en un sitio importante para vivenciar las artes escénicas vivas. (Hablo y cuestiono al elefante blanco para que quede en papel: el despilfarro evidente de presupuesto es inaceptable, y exijo cuentas transparentes que expliquen cómo en 10 días una productora es capaz de gastar 53’000.000. (Estaré atenta a sus cuentas, pero y sobre todo a los gastos publicitarios que en tiempos de vacas flacas ni transparentados son del todo correctos.) Y exijo además se me explique como – con dinero público- se le robó a Quito de una obra bajo la presunta “cláusula de exclusividad” planteada por el productor que tomaba todas tas decisiones. Presumo que hay un culpable.

Así que hoy para acabar el año me mantengo comprometida con aquello que inspira, pero insto a que salgamos lentamente de estas posiciones pasivas mientras que a los artistas les niegan lo que e[ país les debe para apoyar a sus creadores: o prefieren así callar las voces?

 

Chía Patiño, Directora Artística – Ejecutiva

Diciembre, 2017

DESDEL TEATRO #143